miércoles, 23 de marzo de 2011

Una gastronomía con origen propio

La isla de Fuerteventura destaca por el sol que reina y domina casi los doce meses del año, con una temperatura media que ronda los 19º y los 20º C, y por sus playas kilométricas de aguas cristalinas. Es el archipiélago más antiguo y el segundo más grande en extensión, después de Tenerife. Además, se la destingue del resto por su vegetación desértica.
El clima, las costumbres y los productos de Fuerteventura hacen que su gastronomía se caracterice por ser sobria, pero llena de sabor. Pero como ocurre en otras provincias de España, con el paso de los años los platos típicos de la zona han sufrido una evolución de la mano de chefs que buscan innovar nuevas recetas, aunque manteniendo los orígenes, dándoles un toque más moderno y vanguardista a sus manjares.
Preguntar a un peninsular sobre algún producto o plato típico de Fuerteventura, o de Canarias en general, sería reducir la lista a dos alimentos claves: el mojo picón y las papas arrugadas. No obstante, su gastronomía es mucho más que eso, como el gofio, otro producto muy típico de Canarias que se obtiene del grano de trigo o maíz triturado y tostado.
Por otro lado, el pescado es un alimento estrella en Fuerteventura, sobre todo las viejas, que se suelen preparar sancochadas (cocidas). A todo esto, también es muy propio de los majoreros preparar la conocida cazuela de pescado con gofio y lapas, mejillones, burgados y caracolillas (el marisco más común de la isla).
La carne también se hace hueco en la cocina majorera, en especial la de cabra y la de cabrito. Es una carne que destaca por ser muy sabrosa y que asados son la debilidad de sus habitantes. Además, la cabra proporciona una leche concentrada a partir de la cual se elabora la especialidad de la casa: el Queso Majorero. Éste obtuvo la Denominación de Origen en 1996 y en los últimos años ha logrado ser reconocido internacionalmente, recibiendo numerosos premios por su calidad.
Otros poductos destacados de Fuerteventura son el bizcochón de garbanzos, los buñuelos majoreros o el frangollo. Así como los postres más destacados son las piñas dulces de almendras, el pudin de queso, el plato de leche o el frangollo. En definitiva, la gastronomía majorera muestra una amplia carta en donde elegir al gusto de cada uno, pese a ser caracterizada por sobria.

El gofio, el alimento preciado de los isleños

Molino de mano
El gofio canario fue y es uno de los alimentos base para todos los isleños desde hace varios siglos. Su origen es bereber (África) y ya se consumía en Canarias mucho antes de la llegada de los conquistadores. De este modo, el gofio se convierte, por excelencia, en el alimento más ancestral de las islas, concediéndole en 1994 la Denominación de Origen, y llegando a otras fronteras (Argentina, Chile, Cuba, Estados Unidos, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).

En cuanto a su elaboración, en sus inicios se realizaba a base de cebada, trigo y rizoma de helecho. Pero a medida que fue pasando el tiempo se fueron incluyendo nuevos ingredientes. Así, en la actualidad lo hay de diversos tipos: de trigo, de millo o maíz, de cosco, de habas y de centeno. Aunque también lo venden combinado con diferentes cereales, en el que se incluyen las legumbres.
Con respecto a su proceso de producción, también ha sufrido una evolución que va desde el molino de mano elaborado con piedra basáltica, pasando por los molinos movidos por agua, a los molinos de hoy que funcionan con electricidad o gasoil. Pero a la hora de elegir se sigue prefiriero el tradicional molino de mano o el de agua.
Sin embargo, el proceso de producción comienza con una selección muy precisa del grano. Luego, se limpia bien para ser tostado. Y el paso siguiente consiste en molerlo a una velocidad baja, ya que a cuanta menor velocidad sea molido el grano mejor será la harina que se obtenga. Es por este motivo por lo que se aprecia mucho más el gofio elaborado manualmente, de forma tradicional.
Por otro lado, el gofio tiene unas características propias que lo identifican y lo diferencian. Es decir, su aroma es seco, al igual que su sabor si se consume sólo. Y su color suele ser amarillo oscuro, aunque depende del tipo de grano que se utilice y el proceso de tostado al que se someta.
El gofio es, además, un alimento que destaca por ser muy enérgetico, rico en hidratos de carbono, fibras, hierro, calcio, magnesio, sodio y contiene vitaminas B1, B2, B3 y C. Por eso, se ha convertido en un alimento clave en la dieta de todo niño durante toda su infancia.
Este alimento tan nutritivo suele acompañar otros platos, bien sean dulces o salados. Por ejemplo, en el Sancocho, un plato que consiste en papas (patatas) guisadas con cherne (pescado salado), acompañado con pella de gofio, que es una masa que se hace con gofio, agua, aceite y sal. No obstante, el plato con gofio que más gusta a los niños es la pella con plátano frito. Pese a todo, existe una gran variedad de recetas canarias en las que el gofio se convierte en un ingrediente clave.